El FC Barcelona anunció, a solo cinco días del enfrentamiento programado contra el Valencia el próximo domingo, que el partido se llevará a cabo en el Estadio Johan Cruyff en lugar del "Camp Nou", debido a que aún no ha recibido los permisos para utilizar el estadio principal.

La decisión provocó una amplia ola de ira entre los aficionados del Valencia, quienes consideraron que el anuncio llegó tarde y perjudica sus derechos.

Según los informes, el Estadio Johan Cruyff solo tiene capacidad para aproximadamente 6,000 aficionados, lo que llevó al Barcelona a asignar inicialmente las entradas solo a sus propios aficionados, excluyendo a la afición del Valencia, mientras que algunas entradas VIP se ofrecieron a un precio que comenzaba en 600 euros, lo que aumentó la controversia.

Bajo la presión de las críticas, especialmente de la Asociación de Aficionados del Valencia, el club catalán retrocedió y decidió asignar 290 entradas para los aficionados del Valencia, lo que equivale a aproximadamente el 5% de la capacidad total del estadio. A pesar de ello, la cifra sigue siendo inferior al mínimo acordado en el protocolo de "gradas visitantes" establecido por LaLiga, que obliga a los clubes a proporcionar 300 entradas con un máximo de 30 euros por entrada.

Cabe recordar que la mayoría de los clubes de la liga española cumplen con el acuerdo mencionado, a excepción del Real Madrid, Villarreal, Espanyol y Rayo Vallecano, que optaron por retirarse de él.