La Fundación Toni Kroos y un médico libanés salvan la vida de un niño
El mundo fue testigo de uno de los casos de supervivencia médica más sorprendentes después de que el niño alemán Oliver Stubb, de dos años, sobreviviera a un terrible accidente de tráfico en México que resultó en la separación interna de su cabeza de su columna vertebral, una lesión descrita como "incompatible con la vida".
El accidente ocurrió el 17 de abril de 2025 cuando la familia de Oliver —su padre Stefan y su madre Laura Stubb-García, junto con sus gemelos de cinco años— visitaban a sus familiares en México, y su furgoneta chocó contra un camión blindado. Los padres sufrieron heridas graves, mientras que Oliver dejó de respirar y se pensó que había fallecido, hasta que su tía intervino para reanimarlo hasta que llegó al hospital.
Los médicos en la Ciudad de México confirmaron en ese momento que el niño no sobreviviría, y se les pidió a sus padres que consideraran donar sus órganos. Sin embargo, días después, ocurrió lo que los médicos describieron como "un milagro", ya que Oliver comenzó a mejorar gradualmente a pesar de la expectativa de parálisis total durante el resto de su vida.
Posteriormente, la familia se puso en contacto con el famoso neurocirujano Dr. Mohamed Baydoun (de origen libanés), jefe del departamento de neurocirugía en el Hospital de la Universidad de Chicago, quien aceptó estudiar su caso raro. Gracias al apoyo de la Fundación del astro alemán Toni Kroos, la familia pudo cubrir los costos del viaje y tratamiento que superaron el millón de dólares.
En julio pasado, el Dr. Baydoun y su equipo realizaron dos cirugías precisas para volver a unir el cráneo de Oliver a su columna vertebral y estabilizarlos. Después de unos días, el niño mostró una mejora asombrosa; comenzó a mover su mano derecha y luego sus dedos y pies, y recuperó gradualmente la capacidad de respirar sin el respirador.
Oliver actualmente vive con su familia en el estado mexicano de Michoacán y continúa mejorando día a día. Su madre, Laura, dice: "Nos dijeron que no hablaría ni se movería, pero hoy canta, ríe y mueve sus manos. Cada día con nosotros es un nuevo milagro".
El Dr. Baydoun confirma que el caso de Oliver representa un precedente médico raro, añadiendo: "En cada etapa, este niño nos sorprendió con su capacidad para sobrevivir y recuperarse. Ha demostrado que lo imposible puede suceder".
Se espera que Oliver regrese a Chicago en la primavera de 2026 para participar en un ensayo de tratamiento con células madre que podría darle una nueva oportunidad de recuperar más movimiento.
El accidente ocurrió el 17 de abril de 2025 cuando la familia de Oliver —su padre Stefan y su madre Laura Stubb-García, junto con sus gemelos de cinco años— visitaban a sus familiares en México, y su furgoneta chocó contra un camión blindado. Los padres sufrieron heridas graves, mientras que Oliver dejó de respirar y se pensó que había fallecido, hasta que su tía intervino para reanimarlo hasta que llegó al hospital.
Los médicos en la Ciudad de México confirmaron en ese momento que el niño no sobreviviría, y se les pidió a sus padres que consideraran donar sus órganos. Sin embargo, días después, ocurrió lo que los médicos describieron como "un milagro", ya que Oliver comenzó a mejorar gradualmente a pesar de la expectativa de parálisis total durante el resto de su vida.
Posteriormente, la familia se puso en contacto con el famoso neurocirujano Dr. Mohamed Baydoun (de origen libanés), jefe del departamento de neurocirugía en el Hospital de la Universidad de Chicago, quien aceptó estudiar su caso raro. Gracias al apoyo de la Fundación del astro alemán Toni Kroos, la familia pudo cubrir los costos del viaje y tratamiento que superaron el millón de dólares.
En julio pasado, el Dr. Baydoun y su equipo realizaron dos cirugías precisas para volver a unir el cráneo de Oliver a su columna vertebral y estabilizarlos. Después de unos días, el niño mostró una mejora asombrosa; comenzó a mover su mano derecha y luego sus dedos y pies, y recuperó gradualmente la capacidad de respirar sin el respirador.
Oliver actualmente vive con su familia en el estado mexicano de Michoacán y continúa mejorando día a día. Su madre, Laura, dice: "Nos dijeron que no hablaría ni se movería, pero hoy canta, ríe y mueve sus manos. Cada día con nosotros es un nuevo milagro".
El Dr. Baydoun confirma que el caso de Oliver representa un precedente médico raro, añadiendo: "En cada etapa, este niño nos sorprendió con su capacidad para sobrevivir y recuperarse. Ha demostrado que lo imposible puede suceder".
Se espera que Oliver regrese a Chicago en la primavera de 2026 para participar en un ensayo de tratamiento con células madre que podría darle una nueva oportunidad de recuperar más movimiento.