
El Club Al-Fateh espera refuerzos antes del cierre del mercado de verano
Antes de menos de un mes del inicio de la Liga Roshen Saudí, el club Al-Fateh vive una situación de estancamiento en el expediente de contrataciones de verano, a pesar de la salida de un gran número de jugadores, lo que suscita interrogantes sobre la preparación del equipo para la próxima temporada.
De acuerdo con el acuerdo de la administración con el entrenador portugués Gomes, la política de austeridad ha impuesto la reducción del número de nuevos fichajes a solo dos o tres, en línea con las regulaciones de eficiencia financiera, lo que ha afectado directamente los movimientos del club en el mercado de transferencias.
A pesar de la presencia de algunos nombres en los entrenamientos, como el portero Amin Bukhari, quien se unió gratis tras el final de su contrato con Al-Nassr, hasta ahora no se ha anunciado oficialmente ningún fichaje local o extranjero, en medio de demandas sobre la necesidad de reforzar las líneas de mediocampo y ataque.
El equipo enfrenta desafíos recurrentes que recuerdan al escenario de la temporada pasada, cuando la conclusión de los fichajes se retrasó, lo que lo llevó a una lucha temprana contra el descenso, antes de que la situación se resolviera en el período de transferencias de invierno.
A pesar de la salida de siete jugadores del primer equipo, entre ellos Mohamed Al-Fahid, Nawaf Al-Aqidi y Sabanos, la administración del club aún carece de respuestas decisivas sobre cómo compensar estos nombres, en medio de la preocupación de los aficionados por un posible descenso en el rendimiento.
La continuidad de varios profesionales que contribuyeron a mantener al equipo en la liga brinda cierta tranquilidad a la administración, entre ellos Hernández, Zaidu Youssef, Vargas, Machado, Murad Batna y Marwan Saadan, a la espera de la resolución oficial de la renovación del contrato de Batna.
A pesar del deseo del entrenador de fichar a un delantero como Fiston Mayele de Pyramids, los altos costos llevan a la administración de Al-Fateh a considerar la venta de uno de los contratos de los jugadores del equipo para generar liquidez, especialmente con un fallo internacional contra el club por un valor de 1.7 millones de dólares que debe ser pagado antes de registrar a cualquier nuevo jugador.
De acuerdo con el acuerdo de la administración con el entrenador portugués Gomes, la política de austeridad ha impuesto la reducción del número de nuevos fichajes a solo dos o tres, en línea con las regulaciones de eficiencia financiera, lo que ha afectado directamente los movimientos del club en el mercado de transferencias.
A pesar de la presencia de algunos nombres en los entrenamientos, como el portero Amin Bukhari, quien se unió gratis tras el final de su contrato con Al-Nassr, hasta ahora no se ha anunciado oficialmente ningún fichaje local o extranjero, en medio de demandas sobre la necesidad de reforzar las líneas de mediocampo y ataque.
El equipo enfrenta desafíos recurrentes que recuerdan al escenario de la temporada pasada, cuando la conclusión de los fichajes se retrasó, lo que lo llevó a una lucha temprana contra el descenso, antes de que la situación se resolviera en el período de transferencias de invierno.
A pesar de la salida de siete jugadores del primer equipo, entre ellos Mohamed Al-Fahid, Nawaf Al-Aqidi y Sabanos, la administración del club aún carece de respuestas decisivas sobre cómo compensar estos nombres, en medio de la preocupación de los aficionados por un posible descenso en el rendimiento.
La continuidad de varios profesionales que contribuyeron a mantener al equipo en la liga brinda cierta tranquilidad a la administración, entre ellos Hernández, Zaidu Youssef, Vargas, Machado, Murad Batna y Marwan Saadan, a la espera de la resolución oficial de la renovación del contrato de Batna.
A pesar del deseo del entrenador de fichar a un delantero como Fiston Mayele de Pyramids, los altos costos llevan a la administración de Al-Fateh a considerar la venta de uno de los contratos de los jugadores del equipo para generar liquidez, especialmente con un fallo internacional contra el club por un valor de 1.7 millones de dólares que debe ser pagado antes de registrar a cualquier nuevo jugador.