¿Se convertirá la Copa Mundial 2026 en un campo de controversia política sin precedentes?
miércoles 17-12-2025
La última reunión del equipo de trabajo del Mundial 2026, que se celebró como de costumbre en la Casa Blanca con la presencia del presidente estadounidense Donald Trump y el presidente de la FIFA Gianni Infantino, estuvo marcada por un ambiente de preocupación después de que Trump amenazara nuevamente con la posibilidad de excluir a algunas ciudades anfitrionas del torneo, especialmente aquellas administradas por funcionarios demócratas, en un movimiento que podría poner a la FIFA en un gran aprieto político a solo siete meses del inicio del campeonato.

Durante la reunión, a la que también asistieron el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, se le preguntó al presidente Trump sobre la elección de Katie Wilson —quien pertenece a la corriente izquierdista— como alcaldesa de Seattle, una de las ciudades anfitrionas. Trump respondió diciendo: "Si vemos algún problema potencial, le pediré a Gianni que traslade los partidos a otra ciudad...".

Y añadió el presidente estadounidense: "Si surge algún problema en Seattle, donde tienen un alcalde muy liberal/comunista... diremos: Gianni, ¿puedo sugerir trasladar el evento? Lo trasladaremos a un lugar acogedor y seguro".

Infantino, que parecía estar atrapado entre consideraciones políticas y compromisos con la FIFA, respondió: "Sí, creo que la seguridad es la máxima prioridad para el éxito de cualquier Copa del Mundo", una declaración que reabrió las dudas sobre el futuro de algunas ciudades anfitrionas, especialmente aquellas que Trump ha estado atacando desde hace tiempo.

Según el periódico español "AS", Estados Unidos, que coorganiza el torneo junto con México y Canadá, cuenta con 11 ciudades oficialmente designadas como sedes del evento mundial. La mayoría de estas ciudades, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston, Filadelfia y Seattle, están gobernadas por consejos locales o alcaldes demócratas, lo que las hace susceptibles a las críticas políticas de Trump.

El periódico añadió que cualquier intento de redistribuir los partidos o excluir ciudades en este momento generaría un caos logístico, económico y político para la FIFA, especialmente porque los preparativos logísticos y las inversiones en estas ciudades han alcanzado etapas avanzadas.

Y con el aumento de la tensión entre la administración estadounidense y las ciudades democráticas, crecen los temores de que los preparativos para la Copa Mundial 2026 se conviertan en un escenario de debate político sin precedentes.

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