Las miradas de los aficionados al fútbol marroquí y europeo se centran, la noche del miércoles 15 de octubre, en el estadio "Elias Figueroa Brander" de la ciudad chilena de Valparaíso, donde la selección marroquí sub-20 se enfrenta a su homóloga francesa en las semifinales de la Copa del Mundo Sub-20, en un encuentro que es ampliamente descrito como "una final anticipada".

Los leones del Atlas llegan al encuentro con una alta moral tras la destacada actuación que ofrecieron en los cuartos de final ante Estados Unidos, donde dieron la vuelta al marcador con tres goles a uno, en un partido que mostró una madurez táctica y una gran cohesión colectiva, lo que confirmó al entrenador Mohamed Wahbi que su proyecto avanza en la dirección correcta.

Por otro lado, la selección francesa alcanzó las semifinales tras una difícil victoria sobre Noruega (2-1), en un encuentro que reveló algunas debilidades defensivas que la selección marroquí podría intentar aprovechar, apoyándose en la velocidad de sus alas y su alta capacidad de transición ofensiva.

Los "leones" tienen una oportunidad histórica de llegar a la final por primera vez en la historia del fútbol marroquí en la categoría sub-20, después de que su mejor logro anterior fuera el cuarto lugar en la edición de 2005 en los Países Bajos, cuando perdieron ante Nigeria y luego ante Brasil en el partido por el tercer puesto.

El partido tiene un simbolismo especial, ya que representa un enfrentamiento entre dos escuelas de fútbol diferentes: la escuela francesa, conocida por su disciplina táctica y fuerza física, y la escuela marroquí, que se ha destacado recientemente por una mezcla de habilidad, creatividad y espíritu colectivo.

La selección marroquí estará ante una verdadera prueba para demostrar su preparación para competir con los grandes del mundo, mientras que los "pequeños gallos" buscan regresar al podio tras una larga ausencia, en un enfrentamiento que se espera sea una celebración futbolística global en todos los sentidos.