El arbitraje marroquí sigue siendo el centro de discusión en el fútbol, tras una serie de decisiones controvertidas que han encendido la ira de los aficionados y los clubes, afectando directamente los resultados de los partidos tanto en la liga profesional en sus dos divisiones como en las competiciones de la Copa del Trono.

A pesar de la atmósfera espectacular que acompañó el encuentro entre el Raja de Casablanca y el Ejército Real en el estadio Mohammed V de Casablanca, los errores arbitrales acapararon la atención, convirtiéndose en el "verdadero protagonista" del enfrentamiento. El árbitro Mohsen El Sourdi parecía estar lejos del nivel de un partido de tal magnitud, lo que llevó a la Dirección Nacional de Arbitraje a sancionarlo con dos partidos de suspensión, mientras que el árbitro asistente de video Abdel Monem Bel Salam fue suspendido por tres partidos debido a su falta de intervención en momentos decisivos.

Las sanciones también se extendieron al equipo arbitral del partido entre el Ittihad de Tánger y el Hassania de Agadir, donde el árbitro Amin El Mitaoui fue suspendido por un partido, y Jamal Belbasri, el árbitro de video, por dos partidos.

Comentando sobre la persistencia de la crisis, el experto en arbitraje Mohamed El Moujah dijo a "Hesport": "No saldremos de este círculo vicioso porque no hemos trabajado en una verdadera reforma. Las soluciones parche son insuficientes, y el arbitraje necesita un proyecto claro y una gestión profesional de los recursos humanos."

El Moujah también señaló los cambios constantes dentro de los cuerpos arbitrales, destacando que Marruecos ha tenido en los últimos diez años siete presidentes de la Comisión Central y cuatro directores de la dirección, sin contar el período del responsable marroquí-estadounidense Ismail El Fattah, cuyo caso sigue planteando más de una pregunta tras su repentina salida.

Además, el experto planteó interrogantes sobre el futuro de más de 1043 árbitros acreditados en Marruecos, cuando la necesidad semanal no supera los 450 árbitros, considerando que la falta de una visión clara para la formación y la gestión obstaculiza el desarrollo del nivel.

El Moujah concluyó su declaración afirmando que el arbitraje marroquí vive un "retraso preocupante", mientras que países pequeños y emergentes han logrado producir árbitros que los representan en los principales foros continentales e internacionales, mientras que Marruecos aún busca estabilidad.