En un paso sorprendente y sin precedentes, el club alemán Bayer Leverkusen decidió finalizar el contrato de su entrenador holandés Erik Ten Hag después de solo 60 días desde su nombramiento, tras haber jugado el equipo tres partidos oficiales sin lograr ninguna victoria.

Según reveló el diario alemán "Bild", las tensiones comenzaron temprano desde julio, cuando Ten Hag insistió en la permanencia del capitán del equipo Granit Xhaka y lo consideró una parte esencial de su nuevo proyecto, pero la dirección del club permitió su salida hacia Sunderland, lo que provocó el primer desacuerdo público entre ambas partes.

Con el inicio de la temporada, aparecieron signos evidentes de confusión en los entrenamientos y en los planes tácticos, ya que el entrenador se basó en ejercicios de presión poco familiares para los jugadores, lo que suscitó preguntas sobre su efectividad, además de recibir críticas por la falta de claridad en las instrucciones técnicas y la frialdad en la relación con el cuerpo auxiliar.

Una de las situaciones controvertidas que sorprendió a los jugadores y a la dirección fue su negativa a dar un discurso motivacional antes del enfrentamiento contra Hoffenheim en la apertura de la liga, un comportamiento raro en un entrenador con amplia experiencia en el escenario europeo.

Los resultados no fueron favorables para Ten Hag, ya que el equipo perdió ante Hoffenheim y luego dejó escapar una ventaja ante Werder Bremen, marchándose sin ninguna victoria oficial, lo que llevó a la dirección de Leverkusen a calificar la breve etapa con él como una prueba de la imposibilidad de construir un equipo exitoso bajo su mando.