El estadio "Allianz Arena" en la ciudad de Múnich fue testigo de una noche futbolística llena de emoción, donde la selección de Portugal se enfrentó a su homóloga española en la final de la Liga de Naciones de Europa, en un ambiente cargado de suspenso y tensión entre los aficionados.

El partido terminó en un emocionante empate 2-2, antes de que Portugal lo decidiera a su favor a través de penales con un resultado de 5-3, llevándose el título en un enfrentamiento que casi se les escapa de las manos.

El momento más destacado fue la imagen de Cristiano Ronaldo levantando sus manos en oración al estilo islámico, una escena que se repitió dos veces durante el encuentro, capturando la atención tanto de los aficionados como de los críticos.

Ronaldo apareció orando mientras estaba sentado en el banquillo, y luego repitió la escena nuevamente durante la ejecución de los penales, lo que añadió una dimensión humana y espiritual a su presencia futbolística, conocida por su fuerza y disciplina.

Los aficionados árabes reaccionaron ampliamente a esta imagen, considerándola un reflejo de la profunda apreciación que Ronaldo tiene por los valores espirituales, lo que lo convierte en un ejemplo a seguir dentro y fuera del campo.

El periodista Mutaab Al-Awad comentó sobre la situación diciendo: "En un entorno que valora la oración antes de los partidos y respeta más los valores que los títulos, Ronaldo entendió que la verdadera gloria comienza con la intención y la oración, y no solo con los pies."